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Mostrando entradas de mayo, 2007

TODOS ENCANTADOS

Estamos todos encantados de que una autoridad haya venido a presidir este acto literario y se siente a la mesa con el autor, el presentador y el responsable de la institución anfitriona. Pero el gesto de este último se tuerce cuando la autoridad, mientras los escritores peroran, agarra un bolígrafo... y se pone a pintarle gafas y pelos tiesos a la efigie del patrono de la institución, impresa en la convocatoria. *** Cuando hablamos demasiado de nosotros mismos, alguien debería acudir con una escoba a recoger los pedazos de nuestra vida que hemos dejado tirados por el suelo. *** J. me conceptúa defensor del "realismo" en poesía. Qué poco me conoce. Claro que ni yo mismo sabría decir si "defiendo" algo en poesía, como no sea la poesía que me gusta (que no es, en absoluto, algo fácil de delimitar). Ni si la poesía es algo que pueda o deba "defenderse". Sobre todo, si la defensa implica un ataque.

ACTUALIDADES

Mercado de espejismos , de Felipe Benítez Reyes, y La razón y otras dudas , de José Mateos... A primera vista, dos libros absolutamente disímiles: una novela fantasiosa, diríamos, y un ensayo más o menos filosófico. Sin embargo, tienen algo en común, más allá de la proximidad geográfica de los dos autores y la coincidencia en el tiempo de sus libros (y de que yo los haya leído más o menos simultáneamente). Ambos eluden explícitamente la actualidad, y a ambos se les cuela la actualidad por los resquicios más inesperados. El de Benítez Reyes se fundamenta, como otras obras suyas, en ese bazar literario-sentimental del que se alimenta el lector compulsivo que el autor lleva dentro: el mito de los Reyes Magos (tan recurrente en su obra), las tramas complicadas y más o menos disparatadas, aunque sin perder jamás del todo su traza geométrica, la ganga de saberes raros y más o menos inútiles que arrastra cualquier desocupado (quién no lo es, aunque sea a ratos, o quién no lo ha sido)... Que e

VIDA NUEVA

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La curiosidad, madre de tantos males, me lleva a ver la adaptación cinematográfica que Rafael Gil hizo en 1965 de La vida nueva de Pedrito Andía , la novela de Rafael Sánchez Mazas. No me decepciona tanto como temía, quizá porque no esperaba demasiado. Incluso Joselito, el otrora niño cantante, no está del todo mal en su papel de adolescente ceñudo y desabrido, acomplejado por su poca estatura. Lo mejor de la película: sus localizaciones en el País Vasco, y el manejo de los tiempos muertos, en consonancia con la morosidad de la novela. Incluso se oyen algunas frases en vascuence, lo que no creo que fuera muy corriente en el cine español de la época. Lógicamente, la decepción llega, retrospectivamente, cuando hojeo algunas páginas del libro antes de acostarme. La prosa de Sánchez Mazas es tan densa como amena. Abunda en evocaciones y descripciones, pero su peso es leve, como lo es el de las cosas gratas. Y abunda en algo que la película, en su pobretería, no puede aspirar a reproducir:

LIMPIEZA ÉTNICA

Este alcalde ha culpado de su derrota en las elecciones de ayer a los vecinos de determinados barrios, la mayoría procedentes de la cercana capital, a los que acusa de tenerle "animadversión personal". Si le valiera, iniciaría una operación de limpieza étnica. De lo que se deduce que ciertas actuaciones extremas son sólo cuestión de contexto: conozco a más de un responsable público que, si pudiera dar rienda suelta a sus impulsos, sería peor que Milosevic. *** Una de tantas injusticias como comete uno diariamente: al ser preguntado por determinado autor contemporáneo, respondo que no he leído ningún libro suyo porque conozco sus artículos y no me gustan, y tengo por norma no leer nada extenso de aquellos autores que me decepcionan en un simple artículo. Sin embargo, me queda la duda de si esta norma extrema, que me sirve para administrar mejor mi tiempo, tiene algún fundamento. Si conociera a Cernuda, pongo por caso, sólo por los dos o tres cuentecillos que publicó en Hora d

OTRA PRESENTACIÓN

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(Para los amigos de Chiclana y alrededores. Pinchar en la imagen para verla a mayor tamaño.)

FRIVOLIDAD

Frivolidad, "la forma más civilizada de la alegría", según leo en Mercado de espejismos , de Felipe Benítez Reyes. Valga como argumento contra quienes denigran este fruto ligero de la conciencia cultivada. Contra los que practican la seriedad del burro, digamos. *** Los domingos son tan complicados porque son dos días en uno: la mañana luminosa, prometedora, alegre. La tarde lenta, interminable, opresiva, cargada de malos presagios. Entre ellos, casi siempre, una comida copiosa. Pero no crean: he probado a evitar esa comida capaz de cambiar el signo del día, y el resultado es el mismo. *** Qué mal le van las cosas a Gerardo Diego, el pobre. Nadie (ni siquiera mi muy ponderado amigo José Mateos, según leo en su lúcido libro La razón y otras dudas ) lo tiene por poeta de cabecera, por maestro. Ni siquiera por verdadero poeta. Y, sin embargo, el único inconveniente que cabe oponerle es que es un poeta aparentemente... impersonal. Pero sólo aparentemente. Santander, mi cuna, mi p

POE Y LAS ELECCIONES

El líder de un partido político de cierta implantación (aunque no mucha, por suerte) ha pedido a los ciudadanos que se pasen la noche bebiendo en la calle y acudan a votar a primera hora de la mañana (borrachos, se entiende, a no ser que la recomendación sólo se extienda a los bebedores de tónica, pongo por caso). Miren por donde, la ocurrencia tiene una inesperada derivación literaria: Edgar Allan Poe encontró la muerte en una de esas siniestras partidas de borrachos que los agentes electorales de entonces llevaban a las urnas a cambio de un poco más de whisky (tengo un cuento sobre este asunto)... Conforme los votantes iban perdiendo el sentido, los iban arrojando de los carros en los que los llevaban a los colegios electorales... Ahora que lo pienso, sería un modo de combatir la abstención.

PROMESAS

El alcalde de un municipio gaditano, oigo en la radio, hizo reír a los asistentes a un mitin electoral cuando sacó una libreta y un lápiz y preguntó: “A ver, ¿dónde hay que poner farolas? ¿En qué calles hay baches? El lunes mismo doy orden de que todo eso se arregle”. Los vecinos, supongo, se reían de la desfachatez del alcalde. Pero también cabe pensar que lo que les daba risa era el poco vuelo de sus promesas. “Para eso”, debían pensar, “no hacen falta unas elecciones: basta con pedir presupuesto a una empresa de mantenimiento”. Sin embargo, en otros lugares lo que ha motivado la risa ha sido lo extravagante de las promesas de tal o cual candidato. Alguno, leo, ha propuesto acabar con los atascos de tráfico construyendo un teleférico que sobrevuele su pueblo. Y eso ha sucedido, no en alguna localidad pirenaica, como sería lo natural, sino en una del Aljarafe sevillano, comarca que, como todo el mundo sabe, se caracteriza por la lisura casi absoluta de su relieve… No sabemos bien qué

MI VOTO

A quien de verdad quisiera votar todo conservador que se precie es al vizconde de Chateaubriand; a quien de verdad quisiera votar cualquier progresista que se estime es a Voltaire. Y no a éstos. *** Hojeo un programa electoral que me han dado por la calle. No entiendo porque tanta gente dice querer que los políticos hablen más de sus programas, en vez de enzarzarse en polémicas absurdas. Pero de los programas hay poco que discutir: todos son idílicamente buenos. Y ninguno te advierte de que, bajo tal o cual administración, las complicaciones burocráticas del ciudadano aumentarán exponencialmente, las obras públicas seguirán haciéndose al buen tuntún, como hasta ahora, o el tono medio de la sociedad (su educación, su nivel de civismo, su respeto al prójimo) seguirá degradándose... Eso no viene en los programas. Y ésas y otras cuestiones son las que verdaderamente nos interesan. *** Sin embargo, esta vez sí voy a votar. (¿Por Chateaubriand? ¿Por Voltaire?)

HE SOÑADO

He soñado con que oía un timbre. Y me ha despertado. *** Esas dos clases de belleza: la que inspira deseo, la que inspira ternura (y una tercera, incluso: la que inspira una dolorosa mezcla de ambas cosas). *** "Me parece que tengo fiebre", dice, aunque el termómetro lo desmiente. Esas manifestaciones físicas del desánimo. (Aunque a veces es al revés: "estoy deprimido", dice uno; y lo que está es acatarrado.) *** Este viernes (25 de mayo), a las 8.00 de la tarde, presento Sexteto de Madrid y otros cuentos en Sevilla, en las Reales Atarazanas (c/Temprado, 1). Me acompaña el periodista, crítico literario y editor Ignacio Garmendia.

ALEGRÍAS

J. es uno de esos hombres inmensamente tristes que, por azares bastante inexplicables, proyecta una imagen alegre y jovial. Quizá porque a mucha gente las personas tristes les parecen enormemente divertidas, o porque el cinismo, la melancolía agria que proyectan ciertos temperamentos tristes causan, en los demás, el efecto de cualquier proyección hiperbólica; el de una nariz desmesurada, pongo por caso (y me acuerdo del célebre soneto), o el de unas orejas largas. *** Claro que también hay ciertas alegrías -la de T., por ejemplo- que, de pura falta de fundamento, resultan sospechosas, y prestan a quienes las profesan un cierto gesto de extravío. *** O la de O., al que el tratamiento antidepresivo le ha dejado la risa floja.

SEXO ORAL

"Tengo ganas de terminar todo lo que me traigo entre manos, de no tener nada que hacer", dice el hombre ocupado. Sin caer en la cuenta de que, una vez despachados todos sus asuntos y, consecuentemente, amortizados los periodos de tiempo que tenían asignados, lo único que se habrá terminado es... el tiempo mismo del que disponía. *** Lo primero que hace un político después de darse un baño de masas es... darse una buena ducha. *** El sexo oral, dicen ahora por ahí, provoca cáncer de garganta. Lo comento en el trabajo, en tono de broma. Hay quien sonríe, como diciendo: "Ya, ya". Hay quien asiente: "No, si ya lo decía yo". Hay, por último, quien se indigna, como si el destino le hubiese jugado una mala pasada. (Como cuando nos decían, de niños, que la masturbación producía ceguera: esa incómoda sensación de que una declaración pública más o menos ominosa nos ha pillado a todos in fraganti .)

MELANARGIA INES

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Como es de prever que ya los fríos se han terminado definitivamente este año, apilo la leña sobrante del invierno en un rincón del patio. Al sacudir el plástico con el que la cubría, sale revoloteando una mariposa y se posa en el suelo. Su inmovilidad es sospechosa: la de esos insectos que, antes de morir, entran en una especie de atontamiento que se parece mucho a la indiferencia. Un avispón purpurado empieza a rondarla. Temiéndome ser testigo de una cacería poco gloriosa, mato al avispón (que tampoco andaba muy espabilado, todo hay que decirlo) y recojo delicadamente del suelo a la mariposa. La dejo en el repecho de un ventanuco, con la esperanza de que, desde esa altura, se deje caer al aire y emprenda un vuelo vivificador. Y lo intenta, pero sólo para aterrizar de nuevo en la rehecha pila de leña, que he vuelto a cubrir con el plástico: es decir, ha vuelto al lugar del que la sacaron mis quehaceres de hace unos minutos. Yo, a lo mío: barro del suelo los trozos de corteza y la ca

CAMPAÑA

Una prueba más de la tan cacareada desconexión entre la ciudadanía y los políticos es la coincidencia del inicio de una nueva campaña electoral con la publicación de los resultados de una encuesta según la cual la información política interesa “poco o nada” a tres de cada cuatro españoles. Lo que, en un mundo regido por lo sondeos de opinión, revela una curiosa paradoja: la clase política, en su totalidad, se apresta a hacer, durante quince días, los mayores esfuerzos imaginables por generar un tipo de información del que los ciudadanos huyen como de la peste. Éstos, en cambio, declaran sentirse razonablemente interesados, dependiendo de su edad, sexo, nivel de formación, etc., por campos tan diversos como la ciencia, la tecnología, la medicina, la salud… Lo que, quizá, tendría que hacer pensar a los políticos que, antes de airear sus conflictos endogámicos, quizá debieran procurar atraer la atención de los ciudadanos sobre cuestiones que tuvieran que ver con la variedad y riqueza de l

LA FERIA

Feria del Libro de Sevilla, ayer, a eso de las siete y media: una multitud empieza a invadir la plaza, la cruza a pasos enérgicos, como si acudieran a algún asunto urgente. Desde los puestos de libros (yo me resguardaba del calor tras el mostrador del 44) en ningún momento dudamos de lo que se nos venía encima: la muchedumbre acudía a la fiesta que daba el ayuntamiento para conmemorar el triunfo del Sevilla en la copa de la UEFA. Algunos de los que atravesaban la plaza miraban los puestos con cierta curiosidad inquisitiva: "¿Será aquí donde sirven las cervezas?". *** "Ah, ¿es usted el autor?", dice desconfiado este transeúnte, después de cotejar la foto de la contraportada con mi propia cara. Y se aleja, meneando la cabeza, como diciendo: "Qué cosas...". *** Y esa chica que, después de enterarse de que mañana han suspendido las clases en la universidad, se ha lanzado a toda prisa a coger el último tren a Cádiz, con la esperanza de llegar con tiempo para ar

TERRAZA

La chica, una de esas gaditanas de barrio con las piernas un poco cortas, nalgas abundantes y carnes muy sueltas. Viste pantalón de chándal rosa y camiseta corta muy escotada, que le deja al descubierto la amplia y desbordada cintura. Ríe estruendosamente y el cuerpo le tiembla, como si el órgano de su risa fuera, no su boca o su garganta, sino toda su carnalidad generosa. La requiebra un tipo seco y de aspecto algo torvo. Él le dice algo, ella se ríe y hace el gesto de rechazarlo con las manos, él se acerca y la agarra por la cintura -más bien, hunde las manos en las carnes que le rebosan a la chica, como si la fuera a amasar-... La chica le da alas y lo esquiva alternativamente, entre risas. Los dos se permiten treguas en las que intercambian lo que parecen, por parte de él, largos y elaborados requiebros; y, de ella, confidencias venidas al caso, como para no desairar del todo esa solemnidad algo impostada del hombre encendido... Asistimos con cierta inquietud a la escena desde la

RÉPUBLIQUE

Estar tranquilo en lo fundamental no significa que no te preocupen y te agobien un sinfín de estupideces. Igualmente, sentirse afortunado en lo esencial no implica que no te hagan sentirte desgraciado una infinidad de nimiedades. Y mira que son pertinaces... *** Pero ¿todo el mundo guarda esas decenas, esos centenares de papeles que cualquier burócrata revestido de autoridad puede exigirte en cualquier momento? *** Más que por la república, en fin, me inclino por la... république .

RITOS DEL MES DE MAYO

No, si la idea no es mala. Reunirse con un grupo de afines; leer unas páginas de un libro; dar ocasión a que los asistentes aligeren un poco sus conciencias mediante un acto previo de contrición; rematar el encuentro con un banquete simbólico, consistente en un poco de pan y un sorbo de vino… Lo malo son las circunstancias concretas en que dicho ritual se lleva a cabo. Ayer, por ejemplo, mientras asistía a la iniciación en el mismo de una sobrinilla mía: el oficiante no consiguió que los asistentes guardasen el silencio y la compostura necesarios; el acto abundó en infantilismos que se adivinaban impostados, fingidos, ideados exclusivamente para agradar a la concurrencia; el edificio mismo en el que se celebraba destilaba esa falta de conexión con cualquier clase de tradición espiritual de la que adolecen tantas construcciones modernas... Siempre que algún compromiso familiar me arrastra a una de estas ceremonias, me complazco en imaginar alguna clase de regresión a una edad e

SEPULTUREROS

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En tiempos de inquietud social, siempre me planteo si no habrá algo de injusticia en el hecho de que quienes son más o se ocupan de tareas de gran trascendencia pública consigan darles a sus problemas una resonancia que parece negada a quienes trabajan en empresas pequeñas o en labores más discretas. Pienso en esto después de una semana en la que ha sido prácticamente imposible sustraerse a los efectos de ciertos conflictos laborales. Una huelga del transporte público ha conseguido colapsar la ciudad durante tres días consecutivos. En el segundo, los trabajadores de Delphi se manifestaban por la avenida principal de la ciudad, complicando aún más la ya difícil situación del tráfico. Unos y otros han conseguido que sus protestas tengan una enorme repercusión pública, con lo que tienen asegurada la atención de las autoridades. Y es una lástima, pienso, que otros colectivos menos poderosos no consigan suscitar ese mismo interés. Si un taller con diez trabajadores cierra sus puertas, el dr

RAFAEL AZCONA

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Mi conversación con Rafael Azcona, según Diario de Cádiz . La misma, según La Voz .

TAXI 79

Me recoge en la puerta de la Escuela de Hostelería. "¿Es usted profesor aquí?", me pregunta. "No", le digo, y la visión de un libro en el salpicadero me anima a extenderme: "He venido a almorzar con un escritor al que presento esta tarde en la Feria del Libro. Ya veo que a usted también le gusta leer...", comento, señalando el libro, cuyo lomo ya he podido leer: inevitablemente, otro de Pérez Reverte. "Sí, leo entre cuarenta y cincuenta novelas al año. La Regenta , El padrino ... Fue mi cuñada la que me despertó la afición". "Supongo que tendrá mucho tiempo libre, mientras espera que aparezca algún cliente...". "Sí, leo mucho por las noches. E incluso de día". Es un chico joven, le calculo unos veintiocho años. Cara angulosa, patillas recortadas en forma de hacha, pelo muy corto. Limpio, simpático, seguro de sí mismo. "Es lo único que me interesa: la lectura. Bueno, también le pego al buen cine...". El trayecto se

TELETRANSPORTACIÓN

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Me cuenta mi hija que, entre la chiquillería del pueblo, reinaba ayer una gran expectación ante el vuelo sobre la Bahía de ese monstruoso avión para ochocientos pasajeros que anda ahora en periodo de pruebas. "Cada ala", me dice, "mide lo que un campo de fútbol". Todo parece aludir, en este coloso del aire, a la desmesura numérica. Asombra este afán de la modernidad: el de encerrar todas las facetas de nuestra vida en receptáculos capaces de albergar centenares o millares de personas. Hace unos años vimos cómo uno de esos receptáculos -un inmenso rascacielos doble- era destruido en un espectacular ataque terrorista. Y ya andamos ideando otra trampa similar: desmesurada, injustificada (¿hay verdadera necesidad de ir a ninguna parte en un avión como ése?), con algo de desafío a las leyes de la física y la lógica. Y es curioso que, donde fracasó el Concorde -que, al fin y al cabo, era un bello e inútil arrebato tecnológico, que tenía más de alarde estético que de otra

EN LA FERIA DEL LIBRO

La presentación de mi Sexteto de Madrid y otros cuentos en la Feria del Libro, según Diario de Cádiz . Lo mismo, en La Voz .

CUESTIÓN DE GUSTOS

Segundo día consecutivo de cortes de carreteras en Cádiz, después de una semana de atascos infernales provocados por una huelga del transporte. Esta vez son los trabajadores de Delphi, que han perdido por fin todo escrúpulo a la hora de recurrir a la más insoportable de todas las tácticas de protesta obrera posibles en la Bahía gaditana: cortar el Puente de Carranza. Extraña idea la de que, causando grandes incomodidades e incluso serios perjuicios laborales y económicos al resto de la ciudadanía, la administración hará todo lo posible por solucionar los problemas de quienes así se manifiestan. Y, de nuevo, un insoportable ambiente de coacción social: nadie se atreve a levantar la voz contra este estado de cosas. Los políticos, mientras tanto, aprovechan para darse baños de populismo: ayer mismo, Zapatero reiteraba su promesa de no "abandonar" a los trabajadores afectados por esta crisis industrial. Empieza a cundir la sensación de que los "abandonados" somos todos

REFERENTES

Preguntado FBR sobre las declaraciones de Gamoneda en las que afirma que, de no existir el Quijote , el referente de las literaturas hispánicas sería "El Aleph" de Borges, responde: "¿De verdad ha dicho eso?" *** En el mismo periódico han convertido a la pobre Diane Arbus en Diane Airbus . *** Extraña dignidad de la poesía: no la lee nadie, no la compra nadie, nadie va a las presentaciones de libros de poesía. Y, aún así, los poetas conscientes se aplican a lo suyo como si fueran a ser juzgados por el más exigente de los públicos. Claro que eso explica también porque hay tantos que escriben como si les diera igual. *** Pero lo de Gamoneda me ha dejado pensativo. De no existir el Quijote el referente sería... Galdós. Pero lo más seguro es que no hubiese existido Galdós si no le hubiera precedido Cervantes. Mañana se presenta mi Sexteto de Madrid en la Feria del Libro de Cádiz. A las 19.30.

RUIDO

Al cincuenta y dos por ciento de los españoles, leo, les molesta el ruido. El que hace, supongo, el otro cuarenta y ocho por ciento. Aunque las cosas nunca son tan sencillas: ni siquiera en esto la existencia de dos Españas es tan evidente como pudiera pensarse. Muchos son, supongo, quienes, además de padecer el ruido ajeno, no tienen empacho en hacer todo el que pueden, bien para contrarrestar el que reciben, bien simplemente porque no son conscientes de que el suyo molesta tanto como el que hacen los demás. Oímos el tum-tum discotequero con el que se acompaña la vecina de arriba para limpiar el polvo, y subimos el volumen del disco de Miles Davis con el que sacudimos las telarañas del alma antes de entregarnos a nuestros quehaceres. La vecina, a su vez, sube el volumen de su chunda-chunda, y nosotros le devolvemos un limpio trompetazo que hace vibrar los jarrones que compramos en la Alpujarra en un recóndito verano de nuestra juventud… Es la guerra. Al otro lado de la pared, mientras

CUESTIÓN DE NÚMERO

Nuevo atasco monumental, provocado por: a) el recuerdo de las lluvias torrenciales de ayer, que hace que todavía hoy haya quien tome sus precauciones b) la huelga de autobuses urbanos c) la protesta de los trabajadores de los autobuses urbanos d) una marcha de los trabajadores de Delphi por la avenida principal de la ciudad, y e) el asfaltado del Paseo Marítimo, que es la alternativa natural a la avenida cortada por la manifestación. Renuncio a cualquier protesta, para que nadie me acuse de insolidario o cascarrabias. Bienvenidas todas esas inconveniencias, que han sumido a la ciudad en el caos. Deben de ser signo de algo. Decía ayer que un atasco de tráfico es una suma de pequeños egoísmos. Pero acaso también la ciudad quedaría paralizada si todos estos pequeños egoísmos no llegaran a su término. Si ese camión de reparto no entrega su mercancía, si ese fontanero no acude a la casa donde le esperan, si este oficinista no cierra a tiempo las gestiones que tiene encomendadas. Incluso es

REALISMO

No, de este atasco no saldrá ninguna historia de amor, ni crearemos entre todos una efímera sociedad en la que cada uno asumirá su papel, como ocurre en "La autopista del Sur" de Cortázar. Más bien, lo que sale a relucir es el feroz individualismo de los aquí reunidos: apuramos con avaricia el espacio que nos separa del coche precedente, para que nadie se nos cuele; y hacemos recuento de lo que llevamos con nosotros (música, agua, caramelos), en previsión de un largo asedio. Incluso consigo leer algunas páginas de un libro. Lástima no haberme traído el almuerzo. Podría uno vivir aquí. Metido en una burbuja de hierro y cristal, y dejándose llevar por la corriente. *** A un novelista que quisiera documentarse para escribir una novela "realista" (sea eso lo que sea), le recomendaría que se pasase por una agencia inmobiliaria y concertase una docena de visitas a otros tantos pisos en venta. Preferiblemente habitados. No hay otra excusa mejor para curiosear impunemente e

CUERO

En los hoteluchos de mala muerte, la decrepitud es parte del decorado. En los de cinco estrellas, en cambio, resulta ofensiva. Un simple desconchado en el cuarto de baño constituye una invitación a hacer uso del libro de reclamaciones. Lo malo es decidir de qué se queja uno. De la falta de adecuación, quizá, entre la realidad y las expectativas. Pero si esa queja se admitiera, nos pasaríamos la vida reclamando. *** Esa mujer tan hermosa, de cerca, huele a cuero sin curtir. *** Aunque parezca cursi, es cierto: esta mañana me he encontrado en la acera un ala de mariposa.