AHORRO

Como estamos en crisis, proliferan los estudios sobre los modos de ahorrarse unos céntimos en los gastos cotidianos. Al final, nos dicen, esos céntimos ahorrados aquí y allá suman cientos, e incluso miles, de euros al año. Si se conduce de determinada manera, por ejemplo, sin dar acelerones, manteniendo una velocidad moderada y constante y cuidando que la presión de los neumáticos del coche sea la correcta, ahorra uno cuatrocientos euros al año; si busca uno los supermercados más económicos, la ganancia puede llegar a los mil quinientos… Y así, hasta el infinito. Hace uno la suma y cae en la cuenta de que, calculando por lo bajo, podría uno ahorrarse el sueldo de uno o dos meses. Lee o escucha uno las sorprendentes conclusiones de estos estudios y la fantasía se le dispara: ¿y si, efectivamente, pudiéramos prescindir de esos gastos superfluos y recuperar el tiempo que empleamos en ganar esas cantidades? No podría uno marcharse al Caribe, porque entonces no habría ganancia, pero sí pase