14/8/19 De todos los actos de aceptación que ha de efectuar uno a lo largo de su vida, sin duda el más complicado es el de la propia muerte... Qué animoso está hoy Benítez Ariza, dirán algunos. Pero no se trata de traer a este cuaderno pensamientos sombríos: simplemente, en las últimas dos semanas he tenido noticia de la muerte de al menos tres personas con las que sentía algún grado de cercanía. No eran amigos íntimos, y a una de ellas, la más joven, ni siquiera la conocía personalmente, aunque sí tenía noticia de su trayectoria literaria. Curiosamente, seguramente ésta es la que más clara conciencia tenía de que iba a morir pronto, porque su enfermedad es de las que no engañan. De los otros no sabría decir: uno de ellos, muy mayor, sufría los efectos físicos del Parkinson, que casi no le permitían moverse; pero hasta el último día luchó por conservar su memoria y hacer gala de sus facultades intelectuales, y para ello se valió principalmente del denostado Facebook, que le permiti
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