LUCES Y BOHEMIA

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Me regalan una lamparita portátil, de ésas que sirven para leer de noche. Tal vez la use en el autobús de primera mañana, que suele ir en penumbra para respetar los restos de sueño de la caterva de desventurados que nos vemos obligados a desplazarnos a horas tan intempestivas... No me imagino usándola de noche, en la cama. Tal vez porque evocaría demasiado a las claras mi tendencia natural al insomnio. O porque leer de ese modo, con la vista clavada en esa pequeña nube de luz que tan sólo se ilumina a sí misma, como una luciérnaga, abunda en lo que la lectura tiene de ejercicio ensimismado, aislado en su propia burbuja.
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Lo que hubiese dado Alejandro Sawa por echarse al bolsillo (o al coleto, o al gaznate, según) lo que habrá costado editar esta biografía de Alejandro Sawa.
Comentarios
Además, si nos das una forma de contacto, podríamos enviarte algún ejemplar impreso de la revista por si te interesara colaborar en futuros números.
Un abrazo.
H.
Y por fin morir sin un duro. Los que no puedan, que lo intenten y si no que se le va a hacer...