HACHES

Pero sucede, también, que esos mismos individuos votan en las elecciones y consumen lo que anuncia la televisión, por lo que tanto los políticos como los anunciantes parecen tener una cierta predisposición a no sacarlos de su letargo, a no incomodarlos con el recordatorio de sus responsabilidades o con inoportunas exigencias. Las televisiones, incluida la pública, hablan su lenguaje, y algunas de las más falaces promesas electorales parecen ir dirigidas expresamente a ellos. Internet, esa inabarcable fuente de conocimiento, ha generado también guetos donde la incultura y la brutalidad campan a su antojo, y donde se expresa sin tapujos toda esa ancestral violencia que las proclamas oficiales ocultan hipócritamente. El que el racismo, los prejuicios machistas y las más irracionales rivalidades locales y deportivas se expresen tan a las claras en esos ámbitos dice muy poco a favor de la efectividad de las prédicas biempensantes; y la impresión resultante, como muy bien perciben los jóvenes, es que, hoy como ayer, lo que impera en la calle tiene muy poco que ver con los valores que decimos profesar.
Creo que fue el escritor García Márquez quien se pronunció hace años a favor de la supresión de las normas ortográficas. También él, como los políticos y comerciantes, buscaba, sobre todo, no incomodar. Y en una cosa tenía razón: cuando la educación no ha logrado convencer a tantos de la necesidad de regirse por ciertas normas fundamentales, ¿qué más da una hache de más o de menos, o confundir las bes y las uves? La respuesta, en los foros de Internet.
Publicado el martes en Diario de Cádiz
Comentarios
Para empezar son largos años de ocio. En el norte de Europa, los jóvenes, estudien o no, pueden integrarse rapidamente en la sociedad trabajando. En Andalucía, ser joven es no ser nada. A los jóvenes les esperan normalmente muchos años de ocio destrozapersonas.
Estos críos tienen el acceso a las haches más barato y más posible de toda la historia de España, alguna responsabilidad tendrán de lo que hacen cuando escriben y cuando matan. Ni sus padres, ni el barrio ni el político de turno han matado a esa chica. La ha matado un chaval joven, guapo, con pinta de sano en las fotos, que seguramente ha tenido más cerca la atención médica y la educación de lo que la tendrán nunca un tercio de los habitantes de este mundo tan moderno y tan jodido. Y eso ha costado un esfuerzo enorme.
Sé que el artículo no disculpa en absoluto al criminal, tampoco el comentario posterior pero, aun siendo cierto lo que decís..."¿cómo va un chaval de estos a pensar en hacer algo provechoso con su vida?" Pues como lo hemos hecho los demás. Son muy pocos los que nacen con la vida "solucionada".
Un saludo.
En ese caso, daría mucho más valor a lo que me dices.
Hablas de sanidad y educación, pero no de trabajo, que es lo que yo digo.
Trabajo hay menos que nunca.
Hay lugares donde no hay futuro ni trabajo, ni las oportunidades que tiene la gente de otros lugares. Alguien puede decir, pues que emigren.
El problema es que ¿quienes son "los demás que lo hemos hecho"? ¿los de ese mismo barrio?.
No creo que Zaragoza, por desgracia, tenga que envidiar nada a Sevilla en esas cuestiones.