ELOGIO DE LA BIBLIOTECONOMÍA

Última jornada como encargado de esta biblioteca. Para celebrarla, decido fichar los libros que, por pereza, desidia o desinterés, he ido postergando hasta hoy. Es un material humilde: esos desechos que llegan por aluvión a los asilos de libros, porque entre quienes los compran y leen, y luego deciden deshacerse de ellos, rige aún el piadoso principio de no tirar jamás ninguno a la basura, o usarlos para encender la chimenea en invierno. Miro sus portadas: una obra de ese conocido polígrafo revisionista que da todos los años a la imprenta varios tomos de erudición histórica, algunos tomos de sendas colecciones de "grandes" del cine y la pintura, unos panfletillos de la izquierda local sobre la crisis industrial que atenaza a la comarca... Llama la atención que, incluso entre estos detritos (como sucede, en fin, en ciertas capas de la población especialmente proclives al encuadramiento político extremista, de uno u otro signo), se establezcan estas apolilladas beligerancias id