REGALOS

Ya se sabe que estas fiestas se inventaron para regalar, y que los regalos van por rachas. Por eso, no me ha extrañado saber que los más vendidos en el pasado Día del Padre han sido los artilugios electrónicos, en detrimento de otros más tradicionales. Un padre, a lo que se ve, no es ya un señor que ocasionalmente usa corbata y unos divertidos calcetines a rombos, amén de una colonia de olor viril y severo. Ahora un padre es un tipo abrumado al que le encanta volver ocasionalmente a la infancia, y para ello necesita rodearse de un aparataje similar al que gastan niños y adolescentes para guardar sus músicas, su agenda social y sus juegos; pues tales son las cosas con las que aspiramos a graduarnos en modernidad quienes crecimos con la televisión en blanco y negro y los teléfonos de baquelita. Es un mundo complicado éste de la electrónica menuda. Te regalan uno de esos teléfonos con las mismas prestaciones que un ordenador y lo primero que advierte uno, a su pesar, es que la presbicia n