REALISMO MÁGICO

Silencio de mañana festiva, solamente interrumpido por una feroz pelea de gatos al pie de mi ventana. Se ve que casi todo el mundo anda disfrutando el "puente". Yo también, a mi manera: me he levantado temprano para revisar las segundas pruebas de Ronda de Madrid , que encontré anoche en el correo, a mi vuelta de la sierra. Obligaciones del ocio, diría uno, apelando a esa atenuante para aminorar la evidencia de que las ocasionadas por la literatura son tan absorbentes como las de cualquier oficio. Trabajo a destajo, sí, incluso en el puente festivo. Ya se sabe: Sarna con gusto ... Pues eso. *** Inesperada plaga de hormigas aladas. Me las quito del jersey, las barro del patio, las piso por la calle... Y pienso, no sé por qué, en el realismo mágico , y en Macondo... *** Plaga, también, de excursionistas. Pardillos. Ruidosos, impertinentes. Enjambres de niños en torno a despreocupadas madres treintañeras. "¿Tuvimos nosotros alguna vez ese aspecto?", le pre