PALAEMON ELEGANS

Para capear la mañana meteorológicamente desabrida, vemos Trono de sangre de Kurosawa. Y el mal tiempo -esas nieblas persistentes, ese bosque que literalmente camina bajo la bruma, como reza una ominosa profecía- se nos mete en el ánimo, y ya no hay diferencia entre el clima físico, tan alterado, y el moral, que tan tempranamente acusa -y queda aún más de medio día- el malestar dominical. *** Por eso el día anterior, pese al mal tiempo, nos echamos a la calle. Mañana cervecera, como las de los desocupados que tanto envidiamos cuando los vemos tomando el sol en las terrazas en los días laborables. Comenzamos en el bar que nos parece más al caso, y que ocupa una populosa esquina en la que, según reza una lápida, ha habido un bar desde 1813 -aunque es dudoso que pueda establecerse una filiación lineal entre el tabernón de hace doscientos años y el moderno establecimiento de treintañeros que ocupa hoy su lugar. Digo treintañeros porque ése es el sector de edad que parece predomin