CAINITAS

Byron: siempre sale mejor parado en sus propios textos que en los que otros escriben sobre él; incluso cuando esos otros -entre quienes me cuento, porque también yo he escrito algo al respecto- quieren defenderlo y dejar clara la admiración que todavía despierta. No lo digo en detrimento, por supuesto, del prólogo que ha puesto mi amigo JLP a su excelente traducción de Caín . Pero, ¿acaso no resulta esta obra mucho menos cainita de lo que parecen indicar sus rasgos cuando se los enumera en un texto aparte? Porque, sí, en ella se justifica el incesto, se da cabida a alguna que otra teoría heterodoxa de la creación, se afirma bien a las claras la simpatía del autor por la desazón moral y metafísica del personaje... Pero todo eso es, en la obra, tan conforme a la, digamos, verdad poética del drama, que, leído en ella, no llama tanto la atención. Es como si Caín, visto en su salsa -que es como lo ve Byron-, fuera menos cainita -y más comprensible y humano- de lo que lo pinta el parecer