Entradas

Mostrando entradas de julio, 2015

DECÁLOGO CASUAL

Imagen
Del verano, las primeras horas de la mañana y la noche. El resto adolece siempre de esa imperfección por exceso -a veces, por defecto- que nos lleva a descreer de cualquier utopía. *** De una película mala lo que más llama siempre la atención es el gasto. *** Esa manera casi estratégica que los gatos tienen de repartirse, por ejemplo, una escalera. *** En las expresiones "ser de derechas" o "ser de izquierdas", lo abusivo es el uso del verbo "ser". Inventarse algún giro equivalente con "estar" sería más apropiado. *** Ser adicto a una piel. *** Nunca luce tanto una biblioteca como cuando no falta ningún libro porque a alguien le haya dado por leerlo. *** Nada menos privado que la intimidad, que es lo que todo el mundo sabe que haces cuando nadie te ve.  *** El sinsentido empieza en el momento mismo en que cualquier acción es más tediosa que la inacción, siendo la inacción misma la suma expresión del aburrimien

HUMOR

Imagen
Lujos del tiempo libre: convertir lo accesorio en principal y hacer de los actos cotidianos una pequeña odisea. Comprar pan, por ejemplo. Me habían hablado de las excelencias del que trae cierto panadero ambulante que pasa por la plaza a primera hora de la mañana. Y como, en fin, incluso en vacaciones conserva uno las malas costumbres de quien no se aviene muy bien con el sueño, me he despertado a tiempo de acudir en persona a comprobarlo. Pero éramos tres en la plaza y el panadero sólo traía avío para uno. Por deferencia, me dejan que me quede con las preciadas piezas, que servirán para el desayuno. Así que empieza uno el día dejando sin pan a los demás; y dando pábulo a la mala conciencia, ay, que es también un sentimiento que tiene mucho que ver con el exceso de ocio. *** Hay libros malos que lo serían menos si, en el proceso de edición, alguien hubiese advertido al autor de todo aquello susceptible de mejora. Cuando los lees, no culpas tanto de sus defectos al escritor com

TOMATES

Imagen
Pregunto a L., tan aficionado a los animales -tiene gatos, palomas, gallos y gallinas de distintas variedades, etcétera-, por qué no tiene perros. Y me contesta que los ha tenido, pero que ya no recoge a ninguno más "porque un perro vive doce o catorce años, y yo ya no creo que vaya a durar tanto, y a ver qué va a ser del animal cuando yo falte". Hay que decir que L. es fuerte como un roble y goza de una salud excelente. Lo que no implica que se llame a engaño respecto a lo limitado de la vida humana, por mucha añagaza salutífera con la que queramos hacernos la ilusión de poder alargarla. Pero no había fatalismo en sus palabras, sino, más bien, una especie de infinita consideración... hacia los perros. *** Tomates rosados de Tavizna. Grandes -en dos kilos caben tres-, reventones, perfumados. Cortados en rodajas y aliñados con aceite, vinagre, sal y albahaca, no hay aperitivo mejor. Nos dice el frutero que un catalán le ha comprado once kilos. También uno quisiera hace

BICHOS

Imagen
Un alacrán en el sofá. Comprensible pánico. Pero estos huéspedes nuestros, que se disponían a convertir el sofá en cama, no pierden la calma: sacan la funda a la calle y dejan caer el animalejo sobre la acera, donde lo rematan de un pisotón. No se lo reprocho: yo también soy tremendamente aprensivo con según qué bichos. Con excepciones, claro: la mañana anterior, sin ir más lejos, descubrí una enorme araña patilarga sobre uno de los altavoces del equipo de música. La empujé con suavidad hasta obligarla a deslizarse pared abajo y luego, por el suelo, hasta la puerta y la acera, donde inmediatamente buscó refugio bajo el coche. Y allí la dejé, sana y salva, en esa extraña realidad suya multiplicada por los prismas de sus ocho ojos. *** El lucero de la tarde: donde no había más que la acuidad del cielo azul y el trazo plateado del cuarto menguante, surge de pronto la cabeza de alfiler de la primera estrella. Los viejos del banco contiguo lo celebran con entusiasmo y comentan el

INTIMIDAD

Imagen
Cena con amigos al pie de un nogal patriarcal, que bien hubiera podido servir para celebrar bajo su fronda un consejo de ancianos o un tribunal de reparto de aguas. Chistes, productos de la tierra y el mar, manzanilla fría. También, ay, su poco de política. Y la presencia invisible de un pájaro que me mancha al menos tres veces con pequeñas deposiciones blancas, como para recordarme que la felicidad también es eso. *** Política: el ámbito donde lo blanco también puede ser negro, o blanco y negro al mismo tiempo, y también lo contrario. Tiene uno sus simpatías, claro, y también un cierto sentido del determinismo social: sería absurdo, en fin, que quien viene de donde yo vengo y se gana la vida como yo me la gano tuviera según qué inclinaciones. Pero no olvido nunca que las meras simpatías no aseguran que aquello hacia lo que te inclinan sea lo acertado o verdadero. Leo a analistas de uno y otro signo y a menudo pienso que unos y otros tienen razón, y también que no la tiene ningu

REVOLUCIÓN

Imagen
También aquí habrá sus conflictos, como podrían atestiguar quizá los policías de servicio en el módulo de seguridad o los responsables del puesto de primeros auxilios. Pero hay algo en la multitud congregada en una playa en una mañana de domingo que hace pensar en la realidad de las utopías: relajados, desnudos y felices, casi como habría querido Fourier si, en vez de soñar con el orden cerrado de los falansterios, hubiera tenido delante la visión de una playa atlántica y la premonición de esa excrecencia de la prosperidad -sí, incluso en estos tiempos- que llamamos vacaciones. ***  Aunque también aquí hay quien desentona: por ejemplo, el tipo con modales de capataz de obra que, a la hora en que los aparcamientos de la playa empiezan a colmarse, atraviesa su Mercedes de banderillero en un hueco en el que perfectamente hubieran cabido dos coches en batería. *** Hay transparencias del aire -la que aporta el bendito viento sur, por ejemplo- que redundan casi siempre en

LOS ALIMENTOS TERRESTRES

Imagen
Para alcanzar el tejado, el antenista ha tenido que encaramarse al de una casa más baja situada cuatro portales más allá y recorrer la línea de tejados contiguos hasta situarse en el nuestro. Lo voy siguiendo desde la acera y tengo la impresión de que, si pasara por aquí una patrulla de policía, nos confundiría con una pareja de ladrones: el que trepa a la casa ajena y el que le espera con el saco al pie del balcón. En efecto, al rato empieza a arrojarme cosas: "Te echo la alargadera", me dice. Y cae primero el carrete de la misma, a modo de contrapeso, sostenido en el tramo de cable que progresivamente el operario va largando desde el tejado. "Ahí va el ordenador", me dice, y deja caer, al cabo de una cuerda, un maletín muy baqueteado, en el que guarda el pequeño portátil del que se vale para comprobar la intensidad de la señal que llega al tejado. Previamente ha mantenido una curiosa conversación con el compañero que controla el repetidor, a unos kilómetros de d

EL CORO

Imagen
A juzgar por el silencio circundante, deducimos que quienes podrían romperlo duermen todavía el sueño de los trasnochadores. Son, sin saberlo, herederos de la predilección romántica por la noche y sus misterios. Pero no lo hay mayor que esta paz y esta transparencia, en la que incluso los rigores del calor se ven aliviados por una brisa que todavía no ha tenido tiempo de convertirse en rebufo de boca de horno. No, no envidia uno a los adolescentes dormilones ni -tampoco literariamente- a los insomnes de espíritu atormentado. Si alguna vez me tildaron de noctámbulo, ya no presumo de ello. Lo mío, decididamente, son estas mañanas junto al balcón, los pies desnudos, la mente despejada: todo lo que empieza a torcerse, ay, con la siesta. *** Por eso mismo, no envidio a estos animosos amigos que, con unos cuantos lustros de edad más que yo, todavía muestran un envidiable aguante para los excesos conviviales. Mi único motivo para desear estar a su altura sería, en fin, poder cultivar c

PANDORA

Imagen
Revuelo de golondrinas sobre un solar vacío. No sé si se aplican a dar cuenta de una nube invisible de insectos o, simplemente, obedecen a un impulso dictado por la estación. En todo caso, me sacan de mi ensimismamiento. Iba uno también con la cabeza a pájaros, pero de otra clase. *** Primeras horas de vacaciones. Reparo una cerradura que se bloqueaba, me desprendo de algunos enseres viejos, hago gestiones atrasadas... Cuestiones de intendencia, antes de encarar lo fundamental, que es la vivencia del tiempo sin obligaciones, o con otras obligaciones libremente elegidas -las que ocupan los otros meses del año también fueron en su día libremente elegidas, pero quién se acuerda-. *** ¿Quién dice que Pandora y el holandés errante  ( Pandora and the Flying Dutchman , 1951) es una mala película? Se le tiene cierta antipatía porque abrió la época de los rodajes internacionales baratos en la España de Franco, con toda esa parafernalia añadida de vida nocturna frenética para ricos y