UNA DE LOS NUESTROS

Termino mi lectura veraniega de Mansfield Park de Jane Austen: una lección magistral de cómo construir un argumento, desarrollar personajes y poner en pie un mundo autosuficiente, que es el milagro que uno espera del arte de la ficción literaria. Y un prodigio de ambigüedad y understatement , desde la espinosa cuestión de cuál es la fuente de la riqueza y estatus de la familia protagonista -sir Thomas, el dueño y señor de Mansfield Park, tiene propiedades en Antigua, en el Caribe, a las que tiene que acudir para resolver unas innominadas "dificultades", que posiblemente sean, si atendemos a la cronología de la época, un levantamiento de la mano de obra esclava- hasta la exquisita pudibundez, no exenta de picardía, con la que se alude a las "indiscreciones" cometidas por cierta pareja adúltera o al hecho de que los protagonistas, felizmente casados al final, alcanzan ese punto del matrimonio en el que cierto "acontecimiento" les exige "un aumento