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Mostrando entradas de marzo, 2019

LA PRIMAVERA

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(30/3/2018) En el estudio de Antonio Agüera, que quiere que M.A. le presente su próxima exposición y nos ha citado para enseñarnos su trabajo más reciente. De nuevo, el estimulante espectáculo de la creatividad y entusiasmo de este hombre sencillo que se expresa con modales de campesino y desde una absoluta modestia, pese al hecho incontrovertible de que en lo suyo ha recorrido ya el largo camino que va desde el dominio absoluto de las técnicas de representación tradicionales a la pintura visionaria -llamarla "abstracta" sería empobrecerla- más personal. En estos últimos cuadros hay algo de regreso a la figuración: las explosiones de color que los componen no niegan su pretensión de representar someros paisajes, reconocibles formas vegetales y animales e incluso personajes que parecen esbozar un último gesto de reconocimiento al espectador, antes de recuperar cada uno de ellos su (nuestra) condición esencial de forma entre formas, sombra fugaz entre sombras fugaces. 

ARROYOS

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(27/3/18) Finalmente, el episodio de insomnio del que daba cuenta el otro día ha tenido sus réplicas; así que, después de tres noches inclementes seguidas, estoy hecho una piltrafa. Y no creo que fuera cosa del coñac, sino quizá de mi sobrevenida afición al té, bebida que antes más bien aborrecía y de la que, contra todo pronóstico, me he hecho asiduo en los últimos meses. Se ve que la exposición al agente excitante actúa por acumulación: si al principio no parecía hacerme ningún efecto, ahora parece haber alcanzado niveles de concentración que exigen una desintoxicación, como la que hube de llevar a cabo en su día con el café, del que también fui adicto hasta el momento en el que, con gran esfuerzo, me impuse dejarlo... Ya sé que todo esto suena desproporcionado y, desde luego, carente de cualquier rigor. Pero uno sabe lo que se dice. Llevo un día de contrición: nada de excitantes, nada de alcohol, nada de siestas monumentales. Espero llegar a la hora del sueño lo suficientement

RESCOLDOS

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(25/3/18) Casi había olvidado el efecto excitante que tiene en mí una copa de coñac: me desvela por completo, como lo haría un café bien cargado. Anoche, mientras veíamos Música y lágrimas ( The Glenn Miller Story ), me apeteció tomarme una. En casa sólo había un brandy corriente, que normalmente usamos para cocinar; pero la etiqueta aseguraba que era de una conocida bodega jerezana; y como nada malo espera uno por esa parte, me serví mi copa y la disfruté largamente, mientras veía a James Stewart encarnar una vez más como nadie la fe ciega en el sueño americano, en el éxito y la gloria que necesariamente han de llegar a quien se afana en hacer realidad su sueño; en este caso, el logro del inconfundible estilo con el que el conocido músico triunfó en todo el mundo e incluso puso una nota de dinámico optimismo al esfuerzo de guerra. En la película vemos a su orquesta tocando en un parque de Londres mientras las V2 alemanas cruzan el cielo de la capital; una enorme explosión ce

EL VIENTO

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(24/3/18) Primer día de vacaciones. La casa, cerrada desde hace semanas, es una cámara frigorífica. La leña mojada tarda en prender, mientras fuera arrecia la borrasca. También las sábanas -lo hemos experimentado a la hora de la siesta- están heladas. Tenemos la esperanza de que nuestros afanes y la calefacción volverán la casa habitable en cuestión de horas, de un día a lo sumo. El mismo tiempo, quizá, que nuestros ánimos necesitarán para adaptarse al ritmo vacacional. Repasa uno mientras tanto la lista de expectativas que trae consigo: demasiadas, quizá, para unas vacaciones de apenas una semana-. ¿Dará tiempo de leer todos estos libros, hacer las excursiones previstas, encontrar una tarde o dos para pintar unas acuarelas? Quizá lo mejor sería simplemente no hacer nada. Pero ya sabe uno, por experiencia, que no hacer nada suele traducirse, de inmediato, en infinidad de pequeños quehaceres que salen al paso y llenan el hueco sobrevenido, como el agua de una crecida ocupa de i

LA BOHEMIA

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(22/3/18) ¿Existe todavía la bohemia?, me pregunto mientras hojeo el caótico pero apasionante Diccionario... de la misma que ha publicado José Esteban. Lo que sí existe, sin lugar a dudas, es la pobreza del artista que no tiene otra dedicación profesional que no sea el cultivo de su propio arte. Yo mismo sería más pobre aún de lo que soy si me dedicara en exclusiva a explotar mis habilidades literarias, incluidas algunas derivaciones de las mismas, como pueden ser el oficio de traductor o las colaboraciones en periódicos y revistas. Conozco a muy pocos escritores que vivan de lo suyo; y quienes aparentemente se dedican a ello en exclusiva, lo hacen, bien porque su cónyuge aporta un sueldo fijo al presupuesto familiar, bien porque, más allá de sus ingresos propiamente debidos a la escritura, han sabido tejerse una red de apoyos que les asegura que les llamen de aquí o de allá periódicamente para diversos menesteres remunerados, tales como ejercer de jurados de premios literario

LA UTOPÍA

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(20/3/18) Después de tantos días de brumas y lluvias, mañana soleada. Ocurre con el ánimo lo que con los interiores: aún tardarán unos días en orearse, en desprenderse de la aprensión de frío y humedad. Para apresurar el proceso -en lo concerniente a la casa, quiero decir- he dejado abiertas todas las ventanas. Con el ánimo no sé exactamente cómo hacerlo. *** Leo que en el recién caído bastión kurdo de Afrín ha muerto una miliciana británica que luchaba en los batallones femeninos del YPJ. ¿Alguien atraído por la idea, quizá injustificada -o no, quién sabe- de que en ese exiguo territorio sin estado se estaba construyendo una especie de utopía autogestionaria? Que ya ha pasado, gracias a los tanques turcos, del terreno de las realidades mensurables y evaluables al limbo de lo que pudo ser y no fue. Ay. *** "Disfruta de tu viaje", le digo a M.A., a quien le ha salido un apetitoso "bolo" literario en Sevilla. Como los de antes de la crisis: remunerad

BÁRBAROS

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(18/3/18) Ayer comentaba la admiración que el politólogo y exdiplomático británico Carne Ross sentía por el embrión de estado autogestionario que los kurdos del YPG (Unidades de Protección Popular) han establecido en el norte de Siria y que Ross conoció in situ en 2015; y hoy leo en la prensa que el ejército turco y sus milicias aliadas han vencido la resistencia de la ciudad de Afrin, último bastión que le quedaba al mencionado grupo kurdo. Me faltan datos para saber si la admiración de Ross por esta experiencia de gestión social de inspiración anarquista -al parecer, basada en las ideas del pensador ácrata neoyorquino Murray Bookchin, reinterpretadas por el líder kurdo Abdullah Öcalan, que actualmente cumple cadena perpetua en una cárcel turca- tiene fundamento y efectivamente su embrión de estado, que llegó a alcanzar la extensión de Bélgica, era, como él decía, una isla de democracia y estabilidad en medio del caos sirio. Si fuera así, no cabe más remedio que concluir melan

ANARQUISTA ACCIDENTAL

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(17/3/18) Veo el documental Accidental Anarchist (2017), sobre la trayectoria personal e ideológica del diplomático Carne Ross en su búsqueda de respuestas a su creciente escepticismo respecto a la democracia occidental y su incapacidad para responder a los retos del presente, tanto los que afectan a las sociedades que se gobiernan por ese sistema como a los de alcance global. Y me llama la atención que, después de un largo recorrido, con paradas en el experimento anarquista catalán durante la guerra civil española, según lo describió Orwell en Homage to Catalonia , las ideas de Chomsky y del profesor neoyorquino Murray Bookchin, autor de The Ecology of Freedom , lo lleva al al embrión de estado autogestionario que los kurdos del YPG están construyendo en el norte de Siria, en lucha con el ISIS y las fuerzas gubernamentales del dictador Assad.  El recorrido puede parecer extravagante, pero Ross, especialmente conmocionado por la experiencia kurda y sus patentes aunque frágiles

A PROPÓSITO

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(13/3/2018) "A propósito -me dice este conocido con quien he quedado para tomar un café y darle un ejemplar de un libro mío que le he pedido que me presente-, ¿en qué año te di aquel premio literario que te animó a hacerte escritor?".  Tiene buena memoria este hombre. Yo tenía entonces diecinueve años y había pergeñado una docena de cuentos de folio y medio o dos folios, la mayoría desahogos sentimentales en primera persona, disimulados con alardes de prosa fantasiosa tomados directamente de Cortázar. Hacía sólo unos meses que salía con M.A. y es posible que fuera ésta quien me animara a presentarme a aquel certamen local de cuentos. Lo que no podíamos imaginar es que la persona encargada de hacer entrega del galardón -un segundo premio, creo recordar, sin dotación económica- fuera precisamente este hombre, que entonces era profesor suyo en el instituto nocturno.  La ceremonia tuvo lugar un sábado por la mañana y al lunes siguiente, en clase, el profesor no perdió

EL TERCERO EN LIZA

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(11/3/18) Hablar sobre FQ en sede universitaria y en el veinte aniversario de su muerte, que parece que fue ayer... Tarea ardua para quien lo ha tratado y visto siempre su literatura como una proyección de su persona, de sus intereses, de su manera de ver el mundo, de la desusada mezcla que en él había de hombre de la calle y refinado intelectual. Ya lo dijo el tercer ponente -yo fui el primero, en una jornada de tarde que empezó a las cuatro y media-: "Ustedes -lo decía por mí y por José Ramón Ripoll, que fue el segundo- han conocido al hombre, yo no. Por eso me voy a atrever a apoyarme en lo que ustedes han dicho para ir un poco más allá. Siempre se critica a los primeros antólogos y estudiosos de la literatura de una época por lo que no han dicho, pero siempre hay que tomarlos como punto de partida y en ese sentido son muy valiosos: los otros no hacen más que apostillar o añadir. Eso voy a hacer yo. Me voy a permitir hablar de las razones por las que, a mi entender, FQ n

LO QUE ME APETECE

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(6/3/18) Pesa más sobre uno lo ya escrito que la expectativa de lo todavía por escribir: señal de que me voy haciendo viejo. Gestionar, reordenar, salvar de la quema se me antoja más urgente que pergeñar nuevos libros. Y el caso es que éstos se escriben solos: ahora mismo, después de ordenar lo que tengo escrito sobre cine español, de cara a planificar la nueva temporada de mi columna cinematográfica en CaoCultura, veo que tengo material para un libro nuevo, complementario del que publiqué hace poco más de un año sobre cine norteamericano: sólo necesita un hervor; es decir, que me siente durante unas pocas semanas a coser las junturas y a completar lo que falta. Lo mismo ocurre con otras carpetas a las que a veces me asomo como quien se inclina sobre el brocal de un pozo sin fondo... ¿Qué será, por ejemplo, de mi vieja idea de escribir una especie de "crónica sentimental" de la actual crisis económica, que los políticos dan ya por acabada, pero que los ciudadanos segui

LOS IMPACIENTES

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(5/3/18) El temporal continúa deparando novedades, a cuál más llamativa. Hoy hemos despertado con la noticia de que los vientos y el oleaje han desenterrado los restos del acueducto romano que permanecían ocultos bajo las arenas del istmo que une la ciudad con el continente. Inmediatamente, una horda de expoliadores ha acudido a saquear los vestigios y la policía ha tenido que establecer un cordón de vigilancia, que lógicamente no podrá ser eterno. Cabe pensar que lo que dormía noblemente bajo las arenas terminará siendo objeto de innobles tráfagos en los circuitos de venta ilegal de tesoros arqueológicos. Todo ello, si el irascible dios de las tormentas, que nunca renunció a su filiación romana, no envía antes un tornado para rescatarlos y guardarlos a buen recaudo en la misma ubicación inviolada donde duermen los restos de la Atlántida. *** Rompe el oleaje con furia a escasos metros de donde transcurre mi rutina laboral. De vez en cuando, algún estudiante vuelve los ojos

NO ES LITERATURA

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Después de las tormentas de los últimos días, mañana soleada de domingo. En el paseo, un par de paradas para hablar con conocidos: con uno, de su difícil trabajo como gestor por cuenta propia de toda una constelación de proyectos culturales, que le obligan a tratar con políticos y funcionarios de todo pelaje y comprobar que los que se sitúan en lo que ellos mismos llaman "nueva política" son tan desconsiderados e informales como los de antes, si no más; y con la otra, de las andanzas de nuestras respectivas hijas veinteañeras por esos mundos de Dios... "Bueno", nos decimos, ya de vuelta a casa. "Por lo menos hemos tomado el aire y visto a gente con las que uno tiene alguna afinidad". Lo que es tanto como reconocer que, en nuestro tráfago diario, estamos siempre tan ocupados que casi no dedicamos ni un minuto a hablar desinteresadamente con otras personas. "Deberíamos dedicar las tardes a pasear y a quedar a tomar café con los amigos", le digo

A TERRIBLE BEAUTY

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Desusado temporal de viento y lluvia. Resulta complicado recorrer los escasos metros que separan el trabajo de la cafetería en la pausa de media mañana, que es cuando más aprieta el vendaval. Rumores alarmistas: en tal o cual población vecina, dicen, han cortado las clases y desalojado los colegios. Nerviosismo generalizado. Hay quien, ante el oleaje crecido. menciona la palabra "tsunami"... Y piensa uno en la imposibilidad de percibir los hechos en su inmediatez, tal y como llegan, y no precedidos de esa bruma mental que forman los temores infundados, el subconsciente colectivo poblado de imágenes tomadas de los telediarios y el cine de catástrofes, la suficiencia de los acostumbrados a tener una opinión y un diagnóstico para todo. Bastaría con abrir los ojos y mirar. Lo he intentado, aunque no puedo decir que no pesara sobre mí el ánimo catastrofista circundante. Pero sí: había en esa furia de los elementos una insólita belleza, más limpia y pura que aquella que creyó per

EL OJO DE CRISTAL

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Antonio Santillán (Madrid, 1909-Barcelona, 1966) dirigió apenas once películas. La coproducción hispano-mexicana El ojo de cristal (1956) fue la cuarta. Ninguna de ellas aparece en esos resúmenes de urgencia con los que suele despacharse la historia del cine español. Sin embargo, bastaría la que acabo de nombrar para que su director ocupase un puesto destacado en ese relato. La emitió hace un par de días el programa de televisión Historia de nuestro cine . Y todavía nos dura el asombro. ¿Cómo es posible -comentábamos- que no la hubiésemos visto antes, que la televisión pública o los canales temáticos correspondientes no la programen con regularidad, que la crítica no la cite y reivindique con el entusiasmo que merece? No es el único caso, por desgracia: si algo está demostrando el citado programa, es que la historia del cine español está todavía por escribir y habrá de hacer justicia necesariamente a varias decenas de nombres que, en su mayor parte, se jugaron su suerte en una o dos