Entradas

Mostrando entradas de mayo, 2019

UNA HISTORIA PERSONAL

Imagen
Al hilo todavía de la película sobre la vida de Jaime Gil de Biedma: me acuerdo ahora de que en la versión extendida de mi reseña del libro de Dalmau, que publiqué en Campo de Agramante , incluí, a modo de preámbulo, un breve memorial de las ocasiones en las que yo mismo había escrito sobre el poeta; y no tanto porque esos escritos ocasionales tuvieran alguna importancia -no era el caso-, como porque ilustraban mi propia condición de -utilicemos una expresión muy del gusto del poeta- "compañero de viaje" de su andadura editorial y de algunos hitos de su proyección pública en unos años en los que los poetas de mi edad lo adoptamos como modelo literario y casi epítome de lo que considerábamos que debía ser la escritura poética, una vez descartados un tanto sumariamente -es lo que toca hacer a los jóvenes- la poesía que hacían otros poetas cronológicamente más cercanos; es decir, lo que memorablemente decía Chesterton: descartar a los padres para tomar como modelos a los abuel

EL CÓNSUL DE SODOMA

Imagen
Me resistía a ver El cónsul de Sodoma  ― vaya título ― , la biografía fílmica del poeta Gil de Biedma que dirigió Sigfrid Monleón en 2009, poco después de la publicación de la biografía de Miguel Dalmau en la que nominalmente está basada y que en su día, también con alguna reticencia, tuve ocasión de reseñar. Pero la emitieron hace unos semanas en televisión,en un programa que habitualmente grabo, y estaba ahí, aguardándome, como esas mercancías que te ofrecen a veces en los mercadillos y que sabes que terminarás comprando si te expones a la tentación más de lo debido.  La vi ayer, de madrugada. Y no es que me disgustara: todo lo contrario, incluso me emocionó constatar que los versos de Gil de Biedma que me sé de memoria se me venían a los labios cada vez que la andadura del film requería la cita de tal o cual fragmento. Tal es, a mi entender, el principal defecto de la película, que ofrece abundantes guiños cómplices a quienes conocen al poeta y su entorno: desde las frecuentes i

QUE CANTAN

Imagen
Le basta a uno poco para sentirse sobreexpuesto. Y el ajetreo de las últimas semanas -presentaciones de libros, sociabilidades forzadas, un cierto esfuerzo por agradar- me ha dejado exhausto. Tomo alguna que otra medida profiláctica: por ejemplo, retirarme un tanto de las llamadas "redes sociales". Ha bastado, en efecto, que desinstale del teléfono la aplicación de Facebook para que mis visitas a esa agotadora feria de vanidades se reduzcan a lo mínimo; lo que ha supuesto, curiosamente, que lo que sigo publicando ahí -lo que escribo, por ejemplo, en este cuaderno y aparece en esa otra página por automatismo- tenga menos lectores y, por lo que parece, mucha menor visibilidad; lo que deja bien a las claras el insobornable principio por le que se rige ese mentidero: sólo se fijarán en ti en la medida en que tú te fijes en otros, sólo te jalearán aquellos a los que tú previamente jalees. Bueno. Veníamos de la soledad absoluta y seguimos en ella, nada hemos perdido por el cami

AULLIDO

Imagen
23/5/2018 En contra de mi costumbre, en las últimas semanas he salido casi todas las tardes, lo que en esta época del año supone casi una ocasión diaria de asombro y deslumbramiento. Estar en la calle, por ejemplo, a la hora vespertina en que rompen a cantar los pájaros. O comprobar en la propia piel el rápido progreso de la estación desde las tardes frescas de abril a éstas esplendorosas de mayo. Ya casi no necesito darme pretextos, aunque no me faltan: ayer fui a la costurera a recoger un pantalón, mañana haré lo propio con una chaqueta que he llevado a la lavandería... Compras, recados domésticos. También, ay, algún que otro acto literario. Se ha pasado el mes y no ha tenido uno tiempo casi de escribir otra cosa que no sean los encargos perentorios del suplemento o de los periódicos digitales en los que colaboro. Me piden, por cierto, una reseña "por amor al arte" para un conocido periódico impreso. Y digo que no: hace uno muchas cosas por amor al arte, pero sól

EUFORIAS

Imagen
20/5/2018 Mañana de sábado en el centro. Venimos a celebrar que C. ha bajado de Barcelona y la tendremos con nosotros todo el fin de semana. Paseo, aperitivo, almuerzo, copas... Jornada de turista dispendioso; aunque no tanto, en fin, como la de los centenares de verdaderos turistas, no acierto a enterarme de qué nacionalidad, que han llegado a la ciudad en los dos enormes trasatlánticos varados en el muelle y parecen ser la causa de que las inmediaciones del puerto se hayan convertido en una animada feria. En efecto, ya en la entrada de una de las bocacalles que desembocan en la plaza de la catedral nos vemos obligados a sortear a la multitud que rodea un animoso cuadro flamenco improvisado en el hueco entre dos terrazas. La cantaora da las gracias por los aplausos, que parecen abrumadores: se ve que a ese público le entusiasma cualquier alarde de jipíos desgarrados y de tunantería más o menos graciosa. No será la única muestra con la que el pobreterío local está dispuesto a ob

FANTASMAS

Imagen
1 6/5/2018 El hecho incontrovertible de que a las siete de la mañana, e incluso antes, ya hay plena luz, y que por  tanto la sufrida humanidad de uno se ahorra el esfuerzo de afrontar, al inicio de cada jornada, un penoso preámbulo de oscuridad, no sólo me pone de buen humor, sino que me traslada a los amaneceres irlandeses de hace un mes, mejor sintonizados que los nuestros con la luz del día por razón del huso horario. Allí me despertaba a eso de las seis y media y ya había amanecido, a despecho de que el día que se anunciaba fuera más o menos brumoso, como corresponde también a esas latitudes. Pero incluso la luz de un día brumoso es mejor que la simple ausencia de ella cuando es noche cerrada y ya ha sonado el despertador. Eran largos esos días irlandeses, en los que mis obligaciones me tenían en danza desde esa hora temprana hasta el anochecer e incluso más, porque a la jornada de trabajo había que añadir la hora de desconexión en el pub de turno, ante una pinta de Guinness

UNA PRESENTACIÓN

Imagen
13/5/2018 Hemos llegado temprano y hay tiempo para que el dueño de la librería nos enseñe el local, que tiene una trastienda honda y amplia y una especie de cripta abovedada que se ha habilitado como sala de presentaciones. El dueño ha tenido la fantasía de amueblarla con sillas heterogéneas, posiblemente tomadas de la basura, lo que le da al espacio un no del todo ingrato aire de almoneda, aunque también de improvisado asilo de indigentes. "Fue usado como refugio durante la guerra", nos dice; para, a continuación, disculparse por el frío y la humedad. "Con las últimas lluvias ha habido filtraciones. Por eso tengo puesto el deshumidificador", explica, señalando con el dedo un aparato que zumba a un lado de la mesa donde hemos de sentarnos. "Lo desconectaré durante el acto, para que no moleste". Y el caso es que, no sé por qué, y a pesar de los malísimos presagios con los que afrontaba esta presentación -la quinta, creo, de la novela que acabo de publ

NIEBLA O LLUVIA

Imagen
9/5/2018 No sé si esto de hoy es niebla o lluvia en suspensión, pero en todo caso es lo suficientemente desagradable -lo noto en mi garganta, muy resentida- como para desmentir la falsa creencia de que la felicidad equivale a la sensación de estar dentro de una nube. *** Me escribe este conocido al que llevo tratando más de treinta años, y al que estimo como persona y como poeta, que le han encargado la reseña de un libro mío, pero que está muy dolido por el trato que un reciente libro suyo está recibiendo de otros críticos y que no sabe qué responder a la propuesta. Me da la impresión de que lo que me quiere decir es que, por no haber recibido él el trato que cree merecer, no se siente con ganas de tratar algo mejor el libro de un tercero. O lo que es peor: puesto que saca a colación alguna reseña mía reciente en la que yo he sido benévolo con otros libros, quizá lo que me está reprochando veladamente es no haber salido en defensa del suyo. Siento de veras ver a una person

SÓLO LA HIERBA

Imagen
7/5/2018 Tiende uno a tomarse a la ligera estos chaparrones de primavera que te pillan siempre desprevenido y que a menudo causan más daño que los temporales de invierno, a los que suele llegarse debidamente pertrechado. El de hoy ha estado a punto de arruinarme la chaqueta de entretiempo y el libro que llevaba en el bolsillo y que pretendía leer en una terraza al aire libre mientras desayunaba. Pero asume uno con deportividad estos trastornos de la primavera, a despecho de algún posible resfriado en castigo por la inadvertencia. Imprudencias peores habrá cometido uno, y siempre por el mismo motivo: por una estimación infundada de lo que podríamos llamar el potencial de una ilusión. ***   Firma de ejemplares en la Feria del Libro. Durante la primera de las dos horas previstas, preocupante inactividad y acumulación de pensamientos derrotistas. Pasa gente, sí, y algunos incluso se te quedan mirando, confundiéndote tal vez con un dependiente poco dispuesto que ha optado por pe

SIN BLANCA

Imagen
(5/5/18) Parecerá una estupidez, pero... he sentido el impulso de dar las gracias a un árbol florecido -una jacaranda- por su olor, que de pronto, en medio de la mañana abrumada, me ha transportado a otro orden posible, a otra realidad más bella y armoniosa. *** Traduzco el último párrafo de Down and Out in Paris and London de Orwell, con la intención de convertirlo en cláusula contractual a cuyo estricto cumplimiento me comprometo: "Con todo, anoto una o dos cosas que la pobreza me ha inculcado. Jamás volveré a pensar que todos los vagabundos son canallas borrachos, ni esperaré que un mendigo tenga que mostrarse agradecido cuando le doy unos céntimos, ni me sorprenderé de que un hombre sin empleo carezca de entusiasmos, ni haré aportaciones al Ejército de Salvación, ni llevaré mi ropa a la casa de empeños, ni volveré la cara a los repartidores de publicidad, ni me daré un banquete en un restaurante elegante. Por algo se empieza".  *** Y hablando de mendigos

SAMARKANDA

Imagen
(1/5/2018) Con motivo del 1 de mayo entrevistan a un sindicalista en la radio. "Muchos empresarios me dicen confidencialmente que no se sienten representados por las organizaciones patronales y que éstas están formadas más bien por logreros que se lucran de negocios relacionados con la contratación pública o la especulación, más piratas que empresarios, y no por emprendedores que intentan vender legítimamente un producto en el mercado libre. Estos últimos —añade— preferirían un marco laboral en el que se cometieran menos abusos, que suelen beneficiar más a los otros y traducirse en competencia desleal...".  Bueno. No deja de resultar esperanzador que al menos una parte de quienes cortan el bacalao parezca decantarse hacia una mayor justicia en las relaciones laborales. Hace unos días le comentaba yo a mi anfitriona irlandesa el hecho generalizado de que en España muchos trabajadores se vean obligados a echar horas extras que simplemente no se les reconocen ni se les