DEBILIDADES

27/09/18 Me enseña una amiga su nómina de 6000 euros. No se trata de nada raro: es simplemente el monto al que asciende el sueldo de un funcionario medio cuando se multiplica por el coeficiente estipulado por trabajar en un destino extranjero. Uf, piensa uno: cobrar un sueldo así durante, pongamos, un quinquenio equivaldría a acumular una pequeña fortuna. ¿Por qué no probar? Pero el caso es que para todo hay que servir. Vive uno demasiado apegado a sus rutinas y los instintos sedentarios están ya tan asentados que no podrían ser contrariados sin ejercer sobre ellos -sobre uno mismo, en suma- una notable violencia. Lo que, en definitiva, no es más que una confesión de mi absoluta falta de audacia. ¿No me habrá cerrado otras puertas? ¿No habría servido mejor mis propios fines y los de quienes me rodean de haber sido simplemente un poco más decidido? Pero ya es tarde para preguntárselo. Quizá también esto que hago -cumplir mis obligaciones laborales, no desatender del todo a mi fam