Entradas

Mostrando entradas de octubre, 2019

PICOS Y CAÍDAS

Imagen
28/10/18 Desusado entusiasmo por mi parte ante una obra de teatro contemporánea, y más cuando se trata, en principio, de un espectáculo de naturaleza más o menos reivindicativa sobre la importancia y necesidad del propio teatro. Pero resulta que tanto el texto como la puesta en escena son excelentes y los personajes, a pesar de su naturaleza simbólica, tienen entidad y son creíbles. Es lo que convierte Crimen & Telón  en mucho más que una simple ceremonia de autoafirmación. Pero lo sorprendente del caso no es sólo el resultado en su conjunto, sino la asombrosa fluidez y pertinencia con las que fluye un texto escrito en su mayor parte... en verso, como las obras de Lope o Zorrilla o el teatro poético de Valle-Inclán; y que este verso no cumpla una mera función de adorno, sino que sirva admirablemente a los propósitos de la obra, aporte información relevante y, además, resulte musical y divertido. El autor de la hazaña es el poeta Álvaro Tato, del que ya tenía noticia, pero al

DESUBICADO

Imagen
25/10/18 Días largos, apretados, compartimentados. Salgo de casa a las 7 de la mañana y vuelvo al filo de las 9 de la noche: catorce horas de actividad, en las que da tiempo, no tanto a hacer muchas cosas distintas, como para ser muchas personas diferentes, en alguna de las cuales casi no me reconozco. ¿Soy yo, en efecto, quien, como remate de la jornada, ha aceptado tomar un café con un compañero a quien hacía años que apenas trataba y que me hace hoy el relato de una vida, no diré que deshecha, pero sí un tanto revuelta por circunstancias perfectamente normales pero de las que él ha perdido el control? La mía, tan apegada a rutinas laboriosamente construidas, parece, por comparación, un dechado de perfecciones... No lo es, desde luego, como tampoco es del todo inconmovible la impresión que quizá doy de permanecer ajeno a las vívidas preocupaciones de mi amigo: la salud, que él tiene un tanto delicada, los hijos, que nunca dejan de causar cavilaciones, la soledad, que a todos

EL SUEÑO DE UNA NOCHE DE VERANO

Imagen
22/10/18 En los últimos meses me he aficionado al té verde, después de años de absoluta renuncia a cualquier bebida que contuviera alcaloides excitantes... Sí, ya sé que el té verde es prácticamente inocuo a esos respectos. Pero, aun así, si tomo más de uno al día noto luego los efectos a la hora de intentar conciliar el sueño. No es que me desvele del todo, como lo haría un café, pero sí basta para hacer que me duerma bajo la impresión de que el corazón me late quizá un poco más deprisa de lo que debiera y que ese efecto puramente físico acaba induciéndome en el ánimo la sensación afín de haberme ido a la cama en un estado de inquietud propicio al descanso superficial y a la proliferación de ensoñaciones demasiado vívidas y en el límite justo que separa lo puramente soñado de las figuraciones desbocadas en las que se ocupa la mente cuando no logra conciliar el sueño. Me pasó ayer y creo que la mente se distrajo en revisitar las imágenes de la obra de teatro que había visto esa mi

EN EL CASINO

Imagen
21/10/18 Qué machadiano este casino de pueblo al que me han traído mis cuitas, quiero decir, mi autoimpuesta obligación de ir de acá para allá para presentar mis libros. Los amigos que me presentan son socios de la institución y uno de ellos anda empeñado en dar a sus venerables instalaciones un poco de lustre cultural.  Debió de tenerlo en su día. El ajado salón, de cuyo techo pende alguna que otra lasca de pintura vieja a punto de desprenderse, está flanqueado de cuadros de pintores que en su día expusieron en estas instalaciones; entre ellos, uno de mi amigo Antonio Rodríguez Agüera. En un espacio aparte, la "sala noble", que hoy lo es un poco menos porque han arrumbado aquí los muebles que sobraban en el salón donde va a atener lugar el acto, cuelgan cuadros del mallorquín Miguel Castro Llerena, que pasó aquí gran parte de su vida y consagró una porción de su obra al esplendoroso paisaje local, como ocurrió -se me ocurre que es un caso análogo- a Pedro Matheu co

TORMENTAS

Imagen
18/10/2018 Cuando la crisis empezó a atisbarse, escribí alguna vez en la columna periodística (pagada) que entonces tenía, y que perdí precisamente por la crisis, que quizá no nos viniera del todo mal aprender a prescindir de algunas cosas superfluas y a vivir de otro modo. Han pasado diez años y, a pesar de que el ejercicio de austeridad forzada no siempre ha sido grato ni fácil de sobrellevar, e incluso de explicar, sigo pensando lo que entonces; y, por lo mismo que estoy agradecido a mi suerte por no haber estado entre quienes lo han pasado realmente mal, agradezco también no haber quedado recluido en el sector de los que ni se han enterado. Todavía se producen en mi entorno inmediato situaciones en las que chocan esas dos realidades, sin que al menos una de las dos partes parezca darse cuenta. Yo ya no me lo tomo a mal, e incluso, cuando hay por medio mera afectación de tontería, me río.  *** No hay tormenta que no sea efectista, por lo mismo que, en las estaciones int

ALGO HABRÁN HECHO MAL

Imagen
16/10/18 Primeros días -y ha pasado ya la mitad de octubre- propiamente otoñales; quiero decir que las temperaturas se han suavizado un poco y ya se agradece a ciertas horas tener a mano un jersey fino o una chaqueta; lo que predispone, también, a esa ecuanimidad que aflora en cuanto la sensibilidad de uno no permanece ocupada por la necesidad de defenderse de una climatología agresiva. Se entiende que los mejores logros del hombre se hayan dado siempre en los climas suaves: en qué otra parte iba a tener uno asiento para que el simple trayecto a pie de la parada al trabajo -entre diez y quince minutos, según las prisas- sea percibido como una fuente inagotable de revelaciones: desde los matices cambiantes del cielo a la belleza de las muchachas, sin dejar de lado la nota melancólica que aporta un viejo que camina a duras penas apoyado en un andador o un mendigo que monta su tingladillo -unos cartones, una caja para recoger las monedas- de dar lástima. Pronto el invierno extender

CALDERETA

Imagen
13/10/18 Feria de ganado. Como no hay otra cosa que hacer, nos damos una vuelta. En los corralillos y jaulas dispuestas al efecto hay vacas, burros, cabras, ovejas, gallinas, pavos, faisanes, pichones... Lo mejor de cada casa, por así decirlo. Y hasta parece que no les disgusta del todo ser expuestos de ese modo, quizá porque ya conocen a los humanos y hacen el correspondiente descuento a la hora de calibrar la posible amenaza que supone una multitud ruidosa. Algunos incluso se dejan acariciar, o asoman el hocico con curiosidad cuando alguien se detiene junto a las bardas, como si esperaran del curioso la dádiva de un poco de pasto fresco. Pero no estamos en el campo y no hay donde arrancar la posible golosina. Algunos mirones, eso sí, no se conforman con lo que ven y se sacan del bolsillo un extraño objeto no comestible a través de cual parecen mirar a las bestias como si les fuera dado, a través de ese filtro interpuesto entre el ojo y el objeto de observación, llevarse de ell

LA BESTIA

Imagen
11/10/18 La respiración de una enorme bestia dormida, pero igualmente amenazante: así el soplo que llega del mar en estos días de amenaza de tormenta, después de las calores impropias de las últimas semanas. Dejo todavía la persiana a medio echar por las noches. Y duermo como lo hace la gata acurrucada a mis pies: en la certeza de que una criatura de especie distinta a la mía y con reacciones que sólo a medias podría yo prever no se decide a sacudirse mi compañía y, en la confianza entre desiguales así generada, de algún modo me brinda su protección... Aunque, ahora que lo pienso, quizá la gata no estaría del todo de acuerdo con la comparación. *** Leyendo La linterna mágica , una vieja novela de Aquilino Duque que he comprado por un euro o dos en un mercadillo. Asombra el tono: una especie de despreocupada crónica frívola de ciertas vidas cosmopolitas en la Europa de 1968, pero sobre la que pesa un diagnóstico de la situación -el trasfondo de la Guerra Fría, las veleidad

MAÑANA DE LUNES

Imagen
Otra mañana de día laborable en la sierra, esta vez porque es fiesta local en donde trabajamos y eso ha sumado un día al fin de semana. Nos levantamos temprano, de todos modos: nos están pintando la fachada y el pintor llega a las ocho. Aprovechamos las horas ganadas al sueño para adelantar eso que los antiguos llamaban "trabajo gustoso": yo escribo la reseña de los diarios de Byron, que terminé de leer ayer, M.A. edita su CaoCultura. A las once bajamos a Ubrique a recoger el cuadro con el que C. participó en el certamen regional de pintura y que ha estado expuesto a lo largo de todo el mes pasado. Luego, ya de vuelta, M.A. sigue con lo suyo mientras yo salgo a dar una vuelta y paso revista a la mañana de lunes en el pueblo. Aquí las vidas son transparentes. M., que bajó a trabajar esta mañana, a pesar de que esta tarde tiene unas complicadas pruebas médicas y está bajo el efecto de un potente purgante, ha vuelto a casa -he visto su coche aparcado en su puerta- por motivos

LA TRAMA

Imagen
A pesar de la fecha, hace todavía demasiado calor para salir a andar al campo. Lo intentamos esta mañana y no pasamos de la fuente que marca el fin de las manzanas de corralizas y chamizos que delimitan el pueblo por su parte alta. Hay allí una fuente, que en las actuales condiciones meteorológicas no lleva agua -la llevará, y en abundancia, en cuanto llueva la suficiente-, y junto a la fuente una higuera bravía, y a la sombra de la higuera una mesa rústica de merendero... Allí nos quedamos. Por decir algo, comentamos que podríamos haber traído un libro para leer a la sombra, o la caja de acuarelas para pintar las vistas, o incluso unos bocadillos y una botella de vino. Pero en realidad no necesitamos nada de eso: nos basta el silencio, la sensación de frescor surgido de las entrañas mismas de la tierra que parecen conservar los nacimientos de agua incluso cuando están secos, el olor de la higuera... Cuando nos venimos a dar cuenta han pasado cuarenta y cinco minutos. Hemos estado c

IMPROVISACIONES

Imagen
Anómalo receso en la sierra a mitad de semana. A media mañana de hoy tenía que dar una lectura literaria en un instituto del pueblo de al lado, por lo que me pareció una buena idea venirme el día antes y amanecer aquí. Quedan algunos turistas residuales y todavía no parece haber empezado la temporada baja para la hostelería: mis amigos del restaurante de la plaza me dicen que al día siguiente reciben a un grupo de cuarenta excursionistas, lo que no es mala cifra para un miércoles de principios de octubre. Buena época también para los pintores de brocha gorda: veo a varios en plena faena, apurando los últimos días de buen tiempo para remozar las fachadas -la mía entre ellas-. Y llama la atención que este panorama de apacible laboriosidad no esté exento de conflictos: las cabras de un pastor descuidado han subido a la plaza y han destrozado muchas plantas de las macetas y arriates que los vecinos cuidan con esmero... Pero eso es también parte de la atmósfera idílica, el detalle de la

ATAR CABOS

Imagen
Cómo creo conocer el tipo humano que Byron retrata en estas líneas estremecedoras de su diario: "Aunque era un muchacho muy alegre, a veces se dejaba llevar por raptos extrañamente melancólicos. Recuerdo que una vez, yendo a casa de su tío, creo (...), me dijo que la noche anterior 'había cogido una pistola, sin saber si estaba cargada y sin comprobarlo siquiera, y se la había descerrajado en la cabeza, dejando que el azar determinara si de veras lo estaba'". Casualmente, la noche antes de leer este pasaje veo por enésima vez El cazador ( The Deer Hunter ), la no muy apreciada película de Michael Cimino que a mí, sin embargo, me fascina, y que es otro estudio sobre la pulsión autodestructiva y su imbricación en la violencia extrema que rige el mundo en el que vivimos: a esos efectos, el violentísimo arranque del siglo XIX y la andadura de la última mitad del XX no difieren demasiado; tampoco su efecto sobre los individuos. *** Un bandido informático me mand